Al final nunca llegamos a poner nuestros nombres en el buzón
Hace ya rato que te fuiste y sigue vacío
Recuerdo que no prestabas atención a esas pequeñas cosas como tampoco te
importaban otras verdaderamente grandes
Mi hija y yo seguimos viviendo allí
No lo sabe nadie el cartero solo lo intuye
Ahora estoy en mitad del verano casi no se puede respirar
Al principio fue la helada te lo prometo seguía usando calcetines y era junio
Luego vino todo aquello
Qué duro ha sido no hubo lugar para yacer
He vivido como un animal sediento el perro apaleado que atraviesa la planicie
que no sabe adónde ir
Se le mezclan en la boca la sangre y la saliva
Está buscando a su dueño
Un día le dio de comer un día lo convirtió en héroe un día le hizo sentir algo
muy profundo debajo de la piel
Y ahora lo busca
Atraviesa los rastrojos y el polvo y el escombro
No se da cuenta de que la mano del dolor y la de la belleza es la misma
No se da cuenta porque no solo tiene sed no solo está molido también va ciego
ha perdido el sentido del olfato
Encontrará su propia casa cerrada ni un lugar iluminado al otro lado del barrio
No sabe adónde ir
En ningún cartel pondrá ya tu nombre junto al mío solo tengo la herida
Es lo que me ha quedado es lo que me has dejado
Sobre la tierra veo el dibujo que hace la vara tras tus pasos
mientras la arrastras
al rendirte
al abandonar